
Terminaron las gloriosos festejos en honor a la Asunción de Nuestra Señora, conocidos en la localidad como la celebración de la Virgen de Agosto, que con la alegría y saber vivir de nuestra gente, han tenido lugar un año más en nuestro pueblo.
El programa comenzó el Viernes en su tarde-noche, con un concierto de la banda municipal, que en honor a la verdad, cada vez toca mejor y más afinada, deleitádonos con piezas de los clásicos pasadobles españoles.
La banda, que llegó tocando por las calles, actuó en la carpa instalada en la plaza ante un nutrido y agradecido público. Mientras se disfrutaba del concierto, se podía tomar un refrigerio en los veladores instalados en los bares aledaños, lo que unido al frescor propio de la avanzada hora vespertina, se tornó en una muy agradable experiencia.



Tras los toros, los alrededores de la Plaza volvieron a ser un hervidero, donde se instalaron puestos de turrón y castillos inflables para los más pequeños,
para acto seguido, comenzar la actuacion de la Gran Orquesta Carmona, que actuó hasta bien entrada la Madrugada, aunque esta vez, el lleno tuvo lugar algo más tarde debido principalmente a que la gran mayoría de los asistentes, arrastraban los efectos de la Gran Fiesta de la Piscina del día anterior.

Pasado el Sábado, el Domingo por la mañana amaneció bien tarde para el Pueblo, donde era dificil encontrar parroquianos por las calles (de hecho el Cronista no pudo tomar su tradicional café y copa de anís matutino por ausencia de tabernas abiertas), pero tras la reparadora siesta, las fiestas comenzaron de nuevo en la Plaza de Toros donde pudimos asistir al bello espectáculo ecuestre-flamenco denominado "Ritmo a Caballo". Terminada la actuación, de nuevo en la Plaza tocó luna orquesta, esta vez la Orquesta Albaluna, quien se encargó de cerrar las Fiestas que con todo gozo y deleite, acontecieron.
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