
Con la llegada de las primeras lluvias a nuestro pueblo, finaliza definitivamente la canícula. Trás un tórrido y largo verano, como pocos recuerdan, por fin las temperaturas comienzan a ser las propias de la altura de temporada a la que nos encontramos, esto es, unas máximas entorno a los 25 grados centígrados y unas mínimas entorno a los 16 grados. Lo que francamente ha sido inusual e inesperado, es haber padecido un verano de temperaturas superiores a los 35 grados durante todo el mes de Agosto, y que hasta este mismo fin de semana, Meteo no nos haya dado el menor respiro. Tras consultar a nuestros jóvenes de más de 75 años de edad, ninguno recuerda que los rigores del estío se hayan prolongado nunca hasta Septiembre, pués suele ser frecuente que por la Virgen de Agosto, remita el insufrible calor.

Han sido distintos frentes borrascosos los que han propiciado la formación de varias tormentas consecutivas que ha regado nuestros campos, arrastrado maleza y traido el ansiado frescor.

Aunque para el Cronista las benditas aguas supongan una grata noticia, es más cierto que de continuar durante los días venideros, no sería realmente bueno para el engorde de la bellota (nótese su estado actual en la foto reproducida ut supra), pues si tras las lluvias viniera una subida de temperaturas, como suele acontecer por San Miguel, la bellota engordarìa excesivamente y caería antes de su maduración, perjudicándose la montanera. Qué cierto es que nunca llueve a gusto de todos.....
Item mas, nada más comenzar la tormenta, se fue la luz en el pueblo, refiriendo los parroquianos que ello es algo usual y frecuente en la localidad. El Bar Ramón se convirtió en refugio de los viandantes dado que este fin de semana, el resto de bares estuvieron cerrados por vacaciones del resto; aún sin luz, el barril de cerveza funcionaba y los tintos, corrían entre la multitud, cual es habitual.
ResponderEliminarMi enhorabuena a "Cronista". Tu trabajo me parece estupendo. Deberias escribir mas artículos sobre nuestro pueblo.
ResponderEliminar