Tras recolectar la última cosecha en fecha 23 de Octubre, día en el que aún había pimientos, calabacines, tomates y berenjenas, decidimos retirar las gomas, arrancar las plantas, e ir pensando en el arado del nuevo huerto. La conclusión es palmaria: el huerto experimental ha sido un auténtico y rotundo éxito.
Inmediatamente quedó el huerto vacuo y expedito, contactamos con nuestro buen amigo y mejor tractorista Serapio, para que nos arara debidamente el espacio en el que plantaremos el nuevo huerto.
Dados los peyorativos comentarios recibidos sobre el reducido tamaño del anterior huerto (a pesar de su publicitado carácter experimental), y dada la facilidad con la que los hierros del tractor se introducían en nuestra magnífica tierra, en perfecto estado de tempero, el pasado fin de semana aramos una superficie equivalente a diez veces el anterior huerto, a los efectos de tener terreno suficiente para tener amplias calles, huerto de verano y de invierno, y sobre todo, para que éste sea el huerto definitivo de la finca.
A partir de ahora, tenemos un largo invierno para dar labor, abonado y debida preparación al huerto de verano, aunque quien sabe, quizás la impaciencia determine una pronta plantación de algo de huerto de invierno.
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