Pasadas las fiestas de San Benito y de la Virgen del Carmen, comienza la canícula en nuestro pueblo, donde tradicionalmente el calor, según nuestros mayores, dura "desde la Virgen del Carmen hasta la Virgen de Agosto" (del 16 de Julio al 15 de Agosto). Ciertamente, aunque gozamos del frescor de la Sierra, las temperaturas suben durante el día considerablemente.
Los vecinos frecuentan albercas, quienes tienen cercas en la Sierra se desplazan a sus propiedades, pero la gran mayoría, especialmente los más jóvenes, pasan la mayor parte del día en nuestra extraordinaria piscina municipal, la cual, cuenta con piscina de adultos, de niños, ambigú y amplias zonas ajardinadas pefectamente cuidadas.
Aunque como decimos, durante el dia las temperaturas pueden ser altas, al caer la tarde todo cambia, y por leve que sea el vientecillo que sople, la sensación de frescor invita al paseo y a disfrutar de las agradables terrazas que nuestros taberneros instalan en la Plaza Principal del Pueblo.
Las noches, salvo excepciones, suelen ser tan agradables que incluso necesitaremos cubrirnos con algo para dormir, lo que sin duda es todo un privilegio en comparación con las tórridas noches bajo los aires aconcidionados que padecen los habitantes de las ciudades. Los 75o metros de altitud sobre el nivel del mar, son los que posibilitan tal bendición.
Los vecinos frecuentan albercas, quienes tienen cercas en la Sierra se desplazan a sus propiedades, pero la gran mayoría, especialmente los más jóvenes, pasan la mayor parte del día en nuestra extraordinaria piscina municipal, la cual, cuenta con piscina de adultos, de niños, ambigú y amplias zonas ajardinadas pefectamente cuidadas.
Aunque como decimos, durante el dia las temperaturas pueden ser altas, al caer la tarde todo cambia, y por leve que sea el vientecillo que sople, la sensación de frescor invita al paseo y a disfrutar de las agradables terrazas que nuestros taberneros instalan en la Plaza Principal del Pueblo.
Las noches, salvo excepciones, suelen ser tan agradables que incluso necesitaremos cubrirnos con algo para dormir, lo que sin duda es todo un privilegio en comparación con las tórridas noches bajo los aires aconcidionados que padecen los habitantes de las ciudades. Los 75o metros de altitud sobre el nivel del mar, son los que posibilitan tal bendición.
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